Cavilar o reposar; hacer o esperar; emprender o seguir aguardando. Disyuntivas resueltas por María Margalejo haciendo valer ese espíritu inquieto, decidido e inconformista que acompaña a esta profesora de primaria y sexóloga. Su gabinete-empresa es Nemesis Sexología, un proyecto que nace, crece y se desarrolla a través del empeño de su fundadora, y de las ideas educativas que surgen en sus noches duermevelas donde el papel y el bolígrafo esperan bajo de la almohada. Son cosas propias del entusiasmo que proyecta y que no admite dudas extensibles en el tiempo.
María Margalejo tiene madera docente y para ello se ha formado; primero estudiando en el colegio Virgen del Romeral, más tarde en el IES Sierra de San Quílez, para acabar en la universidad de Lérida y rematar con el máster en sexología cursado en la capital de España. Un periplo viajero para explicar bien y llegar mejor. Parámetros principales para que una materia como es la educación afectivo-sexual no se disemine en su popular atractivo; cabe ir más allá para que los conceptos no expiren antes de cuajar, sobre todo si nos referimos a niños/as en edades tempranas: «Cuando hablamos de educación sexual nos creemos que va a ser algo libinidoso, impropio para los pequeños/as. Enseñar a los niños y niñas no tiene nada que ver con el sexo que tenemos los adultos. Ba de otra cosa y trabajamos otras cosas: autoestima, confianza, entender nuestro cuerpo, relaciones saludables…», señala María, convencida de su quehacer, primer precepto para que la comunicación sea una realidad.